viernes, 24 de agosto de 2007

El caballo que quería volar

Esta historia ocurrió hace poco, en una región de nuestra selva chaqueña, donde vivía un caballo libre y feliz, ¡bueno! No tan feliz, porque ese caballo petiso, para ser caballo, de pelaje suave y color café, rabo largo hasta el piso y mas bien gordito, tenía un sueño. Un sueño que no era muy posible, en realidad nada posible.
Aquel caballo, conocido como “Galopito”, le decían así porque era tan rápido como una ráfaga. Tan rápido corría, que dejaba marcados huecos en la tierra.
Galopito tenía un sueño, y ese sueño era poder volar, por eso intentó de todas formas; primero corrió rápido y en un momento determinado dobló sus patas hacia el pecho, porque creyó que así saldría volando, pero lo único que logró fue estrellarse contra el suelo. Entonces tuvo una mejor idea; fue a visitar a su amiga Picaflor. Galopito le explicó su situación:
-Mirá Picaflor, yo tengo un sueño, a ver si me podés ayudar.
Y le explicó qué era lo que él quería.
Picaflor le dijo que sería imposible, él era un caballo, no tenía alas, ni plumaje, ni pico, ni garras, etc. Al oír esto, Galopito se fue triste a su guarida.
Pero al otro día amaneció diferente, se sentía raro… se acercó a un charco de agua y vio su rostro… ¡Vaya sorpresa! ¡¡¡Se había convertido en un picaflor!!! Fue con su amiga Picaflor y le mostró lo sucedido, ella no lo podía creer, y al instante se enamoró de él, era muy lindo para ser picaflor.
Luego surgió un problema, no sabía cómo usar sus ala, ni como comer con un pico tan pequeño, etc. Eso fue una complicación, tardó mucho, mucho en aprender, pero finalmente lo logró después de semanas y casi meses.
Tiempo después de esa felicidad surgió otro problema, como él vivía en una estancia, con su dueño Ricardo, éste último comenzó a buscarlo. Intentó de todas formas, le gritó, hizo ruidos que lo atrajeran, le puso en su “lugar de siesta”, la más sabrosa hierba de todas, pero aún así no volvió, por eso el dueño tomó otra medida. Fue al pueblo y comenzó a poner folletos en todos lados con la foto de Galopito y debajo, un texto que decía: “se busca caballo perdido el día … de la semana…, es petiso para ser caballo, pelaje suave y color café…” si alguien lo vio o lo llega a encontrar avisar a mi estancia.
Agradezco su colaboración. Muchísimas gracias.
Galopito al enterarse de la situación, no tuvo mucha desesperación aunque lo lamentaba mucho por dentro, decidió que se quedaría con su nueva vida y su novia Picaflor.

Sabrina Castellano

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